DEFINICIÓN
El concepto de psicomotricidad, por lo tanto, está asociado a diversas
facultades sensoriomotrices, emocionales y cognitivas de la persona que le permiten
desempeñarse con éxito dentro de un contexto. La educación, la prevención y la terapia son herramientas
que pueden utilizarse para moldear la psicomotricidad de un individuo y
contribuir a la evolución de su personalidad.
La psicomotricidad: es una disciplina que, basándose en una
concepción integral del sujeto, se ocupa de la interacción que se establece
entre el conocimiento, la emoción, el movimiento y de su mayor validez para el
desarrollo de la persona, de su corporeidad, así como de su capacidad para
expresarse y relacionarse en el mundo que lo envuelve. Su campo de estudio se
basa en el cuerpo como construcción, y no en el organismo en relación a la
especie.
El
psicomotricista: es la persona o especialista que se ocupa, mediante los recursos
específicos derivados de su formación, de abordar a la persona desde la
mediación corporal y el movimiento. Su intervención va dirigida tanto a sujetos
sanos como a quienes padecen cualquier tipo de trastornos y así sus áreas de
intervención serán tanto a nivel educativo como reeducativo o terapéutico.
Psicomotricidad:
es un enfoque de la intervención educativa o terapéutica cuyo objetivo es el
desarrollo de las posibilidades motrices, expresivas y creativas a partir del
cuerpo, lo que le lleva a centrar su actividad e interés en el movimiento y el
acto, incluyendo todo lo que se deriva de ello: disfunciones, patologías,
estimulación, aprendizaje, etc.
La
psicomotricidad en los niños se utiliza de manera cotidiana, los niños la
aplican corriendo, saltando, jugando con la pelota. Se pueden aplicar diversos
juegos orientados a desarrollar la coordinación, el equilibrio y la orientación
del niño, mediante estos juegos los niños podrán desarrollar, entre otras
áreas, nociones espaciales y de lateralidad como arriba-abajo,
derecha-izquierda, delante-atrás.
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